Santa Martha Acatitla, Iztapalapa

Foto: AlejandroLinaresGarcia en Wikimedia Commons.

Santa Martha Acatitla es uno de los más famosos asentamientos originales de Iztapalapa.  El pueblo ocupa un lugar en la leyenda náhuatl por haber albergado a enemigos del pueblo mexica. El nombre náhuatl significa simplemente “lugar de abundantes juncos”. Hoy, no obstante, se encuentra en las alturas, junto a la autopista de Puebla.

Aun así, uno se hace a la idea de que el este de Ciudad de México nunca se ha secado del todo. Es probable que Santa Martha tenga más en común con ciertas partes de las alcaldías Venustiano Carranza e Iztacalco que con la de Iztapalapa, a la que se plegó.

La iglesia y el antiguo monasterio datan del siglo XVI. Debajo se encuentran los restos de una pirámide y un lugar ceremonial que en su día fueron importantes. El complejo fue fundado por franciscanos, que utilizaron la pirámide baja como cimiento para su propia iglesia. Aún son visibles algunas tallas con diseños indígenas. El monasterio (a la derecha en la foto de arriba) se empezó a construir en 1608. En 1770 se convirtió en capilla de visita y se integró en la parroquia de Mexicaltzingo.

A pesar de su gran antigüedad, Santa Martha Acatitla no pasó a formar parte de Iztapalapa (y, por tanto, de Ciudad de México) hasta el siglo XX. La urbanización sólo se produjo a partir de entonces. Gran parte de la superficie del pueblo está ocupada por dos centros penitenciarios, aunque no hay que dejarse despistar por ello. De alguna manera, Santa Martha sigue siendo una ciudad antigua. Las calles del centro son compactas y sinuosas. Es evidente que datan de mucho antes del tráfico que se vive actualmente en la ciudad. Y con el mercado allí mismo, es difícil visitarla sin sentirse como en casa