Parroquia del Verbo Encarnado y la Sagrada Familia

La Parroquia del Verbo Encarnado y la Sagrada Familia, en la Roma Norte, destaca sobre todo por su arquitectura neogótica y neorrománica. Los visitantes internacionales podrían notar aquí lo rápido y profundo que el ojo se ha acostumbrado a los estilos barroco y funcionalista, mucho más dominantes en el paisaje de techos de la Ciudad de México.

Igual de crudo es el recordatorio de que hace apenas un siglo, la Roma Norte era tierra de cultivo y no tenía iglesia parroquial. En 1906, don Pedro Lascurain y su piadosa familia concibieron la idea de construir el templo, y la pusieron en marcha con unos terrenos donados.

La construcción comenzó en 1910 bajo el patrocinio de los jesuitas, que han sido los custodios de la iglesia desde entonces. La construcción se detuvo de 1913 a 1917 durante la Revolución Mexicana. El arquitecto Manuel Gorozpe terminó finalmente el proyecto en 1925.

En el interior de la iglesia destacan las vidrieras multicolores con diseños orgánicos. Algunas ilustran pasajes bíblicos y los misterios de la fe cristiana. Fueron realizadas en México por una empresa italiana llamada Talleri.

• Inmediatamente detrás de la iglesia, con la entrada orientada al norte, se encuentra la Capilla de la Inmaculada Concepción. Está casi oculta por la apremiante ciudad. La capilla es la obra de 1942 del arquitecto José Creixell. Él seguiría construyendo la famosa, y mucho más angular, Iglesia de la Inmaculada Concepción en El Prado, Iztapalapa.

No muy lejos del encantador barrio de la Romita, muy aclamado en los últimos años, la iglesia de la Sagrada Familia en la Roma Norte es una especie de recordatorio silencioso. La rebelde cultura alternativa que ahora se asocia tan fuertemente con la Roma se remonta en realidad a mucho tiempo atrás.