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Palacio del Marqués de Selva Nevada

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Hoy en día el Palacio del Marqués de Selva Nevada es más famoso por dos bares al nivel de la calle: La Faena con su parafernalia taurina y el lujoso Bar Mancera. En la calle Venustiano Carranza, ambos lugares merecen una visita simplemente para decir que has estado en un palacio tan ilustre como este.

Se dice que la propiedad perteneció a Antonio de la Cadena, el Marqués de la Selva Nevada, hacia 1535. Sus descendientes, y los que heredaron el título, ocuparon la propiedad hasta 1753 cuando se completó la estructura que vemos hoy en día.

La mayoría de las historias de la propiedad se centrarán en la concesión del título por parte de Carlos III en 1777. Fue para Don Manuel Rodríguez de Pinillos y López Monteros y su esposa Antonia Gómez Rodríguez de Pedroso. Se dice que este ha sido el único caso conocido de concesión de un título nobiliario tanto al marido como a la mujer. Uno de sus descendientes encargó posteriormente a Manuel Tolsá construir el resplandeciente Palacio de Buenavista para su hijo. (Ella ya le había comprado el título de Conde de Buenavista).

Curiosamente los Marqueses también mantenían una impresionante casa de campo en San Ángel. Actualmente, ésta es mantenida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Aunque se sabe poco del interior del palacio, se puede apreciar que la marquesa tenía un gusto barroco excepcional. Esto no cambió ni siquiera a pesar de la relación con Tolsá. Por desgracia, a fines del siglo XIX, la larga línea de marqueses había huido del México independiente o había sido olvidada. Todo el interior fue modificado y los pisos superiores fueron agregados y se adaptaron para albergar al Hotel Mancera. Este nombre todavía se puede leer en la parte superior de la fachada. Nombrado por el político, Gabriel Mancera (1839-1925), adquirió la propiedad de la tercera y última Marquesa de Selva Nevada.  

Se rellenó el patio principal, aunque una copa en el bar La Faena puede darte una idea de cómo era. Se conservó la mayor parte del edificio del siglo XVIII, y los dos pisos superiores se agregaron con cierto respeto por el antiguo palacio, utilizando formas y materiales similares a los originales.
Nada se conservó del magnífico patio con sus altos arcos, ni un segundo patio de servicio, ni el pequeño huerto en la parte trasera del edificio. Sin embargo, el Palacio del Marqués de Selva Nevada es una parte oscura y encantadora de la historia y es un placer visitarlo.

Obras citadas en esta página: 

• Mexico Heráldico:  Palacio del Marqués de Selva Nevada
Orizaba Antigua:
el Marquesado de Selva Nevada

Como llegar aquí

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