Auditorio Javier Barros Sierra

El Auditorio “Javier Barros Sierra” es una de las grandes aulas más importantes de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Aparece en esta lista porque también alberga algunos de los murales más importantes de la universidad. Y el público en general puede visitarlos.

• Javier Barros Sierra (1915-1971) fue un distinguido académico, ingeniero, matemático, académico y funcionario público. Tras una larga y exitosa carrera académica, en 1966 fue nombrado rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. En ese cargo, se enfrentó al ejército mexicano que había invadido la universidad. Dimitió en señal de protesta, pero fue restituido como Rector sólo después de la matanza de Tlatelolco y la salida del Ejército del campus de Ciudad Universitaria. Permaneció como rector hasta mayo de 1970, y murió un año después.

El vestíbulo del auditorio ofrece espacio para una gigantesca obra mural de 1980 de Federico Silva titulada “Historia de un espacio matemático” que es una enorme obra abstracta. Silva recordó a los espectadores que toda la pintura mural era, de hecho, abstracta y geométrica.

Pero Silva es probablemente más recordado como escultor. En Ciudad de México, sobre todo por su propuesta original para el Espacio Escultórico de la UNAM  y, posteriormente, por su participación en el mismo proyecto de 1979. Parte de su trabajo allí coincidió con su pintura del mural dentro del Auditorio “Javier Barros Sierra”.

El Mural Escultórico

Quizá más importante para los que visitan casualmente el campus universitario de la UNAM, es la pared exterior sur del auditorio. Aquí se encuentra el gigantesco “Mural escultórico” de Silva. El mural escultórico es una obra clave para entender el paso del muralismo a la escultura pública monumental en México.

Silva colaboró con el muralista David Alfaro Siqueiros al principio de su carrera. El paso de Silva del muralismo a la escultura en la década de 1960 coincidió con grandes cambios en el panorama del arte mexicano. El intenso vestíbulo del auditorio, y una pared interior trasera que rara vez ven otros que no sean estudiantes de ingeniería, ofrecen algunas de las mejores obras de Silva. Y no hace falta entrar en el auditorio para contemplar al menos parte de la obra.