La Guerra de Reforma, también conocida como la Guerra de los Tres años, fue una guerra civil en México que inició en 1858 y terminó el 10 de enero de 1861. La nación se dividió entre dos grupos: los Liberales y los Conservadores. Ambos luchando por sus ideales. La transformación mexicana se atribuye a la transición de la estructura política en la que se buscaba establecer un sistema capitalista democrático y poner fin al que había existido desde la Colonia y el Imperio. En este nuevo sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad del pueblo mexicano de reestructurarse buscando acabar con los privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo. Durante un tiempo, liberales y conservadores tuvieron gobiernos paralelos, el gobierno conservador con sede en la Ciudad de México y los liberales en Veracruz.
Con el paso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la población de la nación. La guerra terminó con la derrota definitiva de los conservadores en la Batalla de Calpulalpan, en el Estado de México4 en 1861, y con la asunción del gobierno de Benito Juárez en la Ciudad de México. Una vez que el Congreso Constituyente cumplió con su tarea de redactar una nueva Constitución, se convocó a elecciones para los poderes federal y estatales. Así, se convocó al primer Congreso, que funcionaría bajo los principios de la Carta Magna de 1857. El país había quedado endeudado como consecuencia de ambos bandos, esta situación llevó a la suspensión del pago de la deuda externa, situación que sumada a los intentos del partido derrotado por obtener apoyo en Europa y a los intereses de diferentes potencias europeas llevó a la creación de la Convención de Londres, que a su vez desembocó en la Segunda Intervención Francesa.
Una de las leyes que entraron en vigor en 1856, La Ley Lerdo es el apelativo que se le dio a la Ley de Desamortización de las Haciendas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Religiosas de México. Fue expedida el 25 de junio de 1856 por el presidente suplente Ignacio Comonfort. Esta ley causó enorme descontento entre ciertos sectores de la población porque, desde su punto de vista, atentaba contra la religión católica, que era la que profesaba la mayor parte del país. Con el Plan Tacubaya, dirigido por Félix Zuloaga, se estipulaba que la Constitución vigente dejaría de estar en vigor y que Comonfort quedaría al frente del poder Ejecutivo, limitado por los conservadores, para derogar las reformas liberales, a lo que éste se negó; el plan también convocaba a un congreso extraordinario que redactaría una nueva constitución “de acuerdo con la voluntad nacional”, destituyendo mientras tanto a todas aquellas autoridades que no apoyaran este plan. Parte del equipo de colaboradores de Comonfort renunció a sus cargos, mientras que Benito Juárez, presidente de la Suprema Corte, Isidro Olvera, presidente del Congreso, y algunos diputados fueron llevados a prisión. Comonfort intentó buscar la reconciliación con el partido liberal; encarceló a Juárez y protagonizó enfrentamientos armados contra los conservadores, de los que saldría mal parado. Ante la inutilidad de su resistencia, decidió no continuar la lucha y abandonó el país, dejándolo inmerso en una guerra civil.