San Miguel Topilejo es uno de los 12 pueblos originarios de Tlalpan. El centro ofrece una inmersión emocionante en la experiencia de la vida de un pueblo pequeño, ya que todo se encuentra alrededor de unas cuantas cuadras. Sin embargo, todo él se encuentra rodeado por algunos de los territorios naturales y agrícolas más atractivos de la Ciudad de México.
El mercado del pueblo llega casi todos los días al atrio de la Iglesia de San Miguel Arcángel y está rodeado de calles con próspera actividad comercial. Hay suficiente comida para toda la zona. No visitar el mercado es perderse el pueblo por completo.
El nombre del pueblo, Topilejo, deriva de la palabra náhuatl topilan. Se traduce como “el que lleva el bastón de mando precioso” o, alternativamente, “lugar con abundancia de palos”.
Topilejo probablemente se fundó hace más de 900 años. Se cree que fue colonizado por pequeños grupos de pueblos xochimilcas migratorios, probablemente provenientes del estado de Morelos.
En el siglo VII, cuando siete tribus nahuatlacas llegaron a la orilla sur del lago, la mayor parte de Tlalpan estaba ocupada por los pueblos xochimilca y tepaneca. Se cree que para 1517 algunos pueblos acolhuas habían establecido un asentamiento más formal. Por lo tanto, cuando los españoles comenzaron a controlar la zona, Topilejo se convirtió en un refugio para los pueblos acolhuas, xochimilca y anahuacale.
El centro de San Miguel Topilejo está a unos 15 minutos de viaje desde la ciclovía del Ferrocarril de Cuernavaca. Pero la gente visita el pueblo durante todo el año para los festivales agrícolas y gastronómicos. La festividad del 8 de mayo es especialmente impresionante, y casi todo el mes de septiembre está dedicado a la fiesta del maíz.
Los paseos por el centro, incluso fuera de temporada, tienen mucho que ofrecer. El lugar también está rodeado de instalaciones de turismo ecológico y agrícola.
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Un monumento olvidado al pueblo Tepaneca en Ajusco.
Un monumento a lo largo de la ciclovía adquiere un nuevo significado para los ciclistas que se dirigen a Morelos.
Uno de los parques nacionales más grandiosos de la Ciudad de México, el Ajusco tiene algo para todos.
Un pueblito hogareño de camino al parque, este Ajusco puede ser el pueblito más clásico de la Ciudad de México.
Todo lo que puedes desear en un mercado de pueblo pequeño, pero más fresco, más saludable y listo para comer.