Parque del Obrero, Venustiano Carranza

El Parque del Obrero es un pequeño parque de barrio. Durante décadas, su único reclamo fue un pequeño monumento. Conmemora las viviendas obreras construidas en la zona.

El nombre, Obrero, suele traducirse como trabajador industrial. El barrio circundante, la Colonia Aarón Sáenz, se extiende apenas dos manzanas al este y al oeste del parque. Solía ser un barrio de obreros y sus familias. Hasta cierto punto lo sigue siendo, aunque el número de fábricas en la zona ha disminuido. Sigue albergando algunos de los mejores ejemplos de arquitectura residencial funcionalista temprana de la ciudad. Los orgullosos residentes pueden señalar algunos de los mejores ejemplos.

La colonia debe su nombre a Aarón Sáenz Garza (1891-1983). Fue un abogado que participó en la Revolución Mexicana  y llegó a ser jefe de gabinete de Álvaro Obregón. Tras la guerra, Sáenz fue embajador en Brasil y llegó a ser secretario de Asuntos Exteriores cuando Álvaro Obregón se convirtió en presidente. También trabajó en asuntos laborales durante y después de la guerra, y a menudo en asegurar el apoyo obrero a la causa constitucionalista bajo Venustiano Carranza.

Cuando los trabajadores se trasladaron al nuevo barrio, Sáenz ocupó el cargo de Jefe del Distrito Federal. Era el equivalente al alcalde de la Ciudad de México en aquella época. En ese cargo, supervisó parte de la construcción de estos numerosos barrios residenciales que se extienden hacia el este hasta bien entrada la Colonia Moctezuma. Los famosos diseños de dúplex obreros del arquitecto Juan Legoretta siguen presentes en ambos barrios.

Hoy en día, el Parque del Obrero a veces lleva el nombre de «parque temático», incluso a pesar de su pequeño tamaño. Un tren para niños serpentea entre los árboles y rodea el único parque acuático de la zona. Un barco pirata gigante navega en el centro. Una perrera vecinal también ocupa un buen rincón del parque. Pero es un lugar agradable y colorido, para los niños, para los que cuidan de los niños y para cualquiera que lo visite.

Para los visitantes internacionales un momento con el monumento, nada diferente del monumento a la Familia Proletaria, debería recordarles que éste es, de hecho, un barrio históricamente significativo y que generaciones de residentes se han beneficiado de ello.