El Museo de el Carmen fue fundado en 1938. Reabrió como museo en los bien conservados terrenos del Monasterio y colegio de El Carmen del siglo XVII. El valor artístico de las exposiciones es notable e incluye la colección del museo con algunos de los mejores ejemplos de Arte Sacro, retablos barrocos, relicarios, criptas, esculturas, pinturas e incluso los cuerpos momificados de algunos frailes carmelitas.
El Colegio del Monasterio de El Carmen fue contruido por los frailes carmelitas descalzos en 1615 para preparar a sus sacerdotes. Proporcionaba una vida completamente hermética y apartada de la sociedad. El templo estaba dedicado al Santo Católico San Miguel Mártir.
El diseño y las obras estuvieron a cargo de un personaje fascinante: fray Andrés de San Miguel, quien hizo del edificio un paradigma de la arquitectura religiosa y una de las más bellas fundaciones novohispanas, enclavada entre la sierra del poniente del valle y el lago de Coyoacán. De acuerdo con el principio de austeridad de la orden, la decoración era simple. Pero los visitantes de hoy en día, se asombran solo con la belleza del lugar.
El museo está dividido en diez secciones que comienzan con el Patio de Estudiantes, al que le siguen vestíbulos que dan acceso al edificio principal, y a un portal de acceso, una frontera entre la vida espiritual y la mundana. A los hermanos rara vez se les permitía salir de los terrenos del colegio.
Una vez dentro del edificio principal, una sala de presentación da la bienvenida a los visitantes a las exhibiciones permanentes y devela gradualmente la historia del monasterio y de su vida. El Patio del Claustro, rodeado con 20 enormes arcos blancos, encierra una fuente de tejas de talavera en el medio. Este habría sido el único espacio al aire libre permitido para muchos de los habitantes.
En la sacristía, un magnífico techo dorado policromado de inspiración mudéjar-manierista está coronado por una obra del artista colonial de Villalpando. Representa fielmente los orígenes de la orden.
Debajo del edificio principal, la capilla mortuoria está bastante decorada y una sala subterránea abovedada esconde las criptas de los miembros y benefactores de la orden. Estos han permanecido casi intactos a pesar de los varios saqueos que ha sufrido el complejo.
La capilla doméstica contiene un retablo barroco salomónico único. Imágenes de Santa Ana y San Joaquín flanquean la capilla. Contrastan con la austeridad de la orden y este era el único lugar donde los miembros podían escuchar misa.
La pasión carmelita por el conocimiento dio como resultado una basta biblioteca que según se dice, alguna vez contuvo más de 12,000 volúmenes. La mayoría se perdió por saqueos a lo largo de los siglos. Un gran salón formal da testimonio de la pasión de Cristo, pero hoy contiene pinturas grandes y otras obras de arte.
Un patio de acueducto y una casa suelen ser la última parada en una visita que transporta a los visitantes a un tiempo pasado. La vida confinada de los monjes carmelitas condujo no solo a los estudios, sino a las huertas que hoy conforman el barrio de Chimalistac. La experiencia de la orden cubrió sus gastos y les valió el reconocimiento. Es una reputación que persiste incluso hoy en día en la vida del Gran Barrio de San Ángel.
Las visitas al museo del Carmen son fáciles desde la estación del Metro Barranca del Muerto, o del Metrobús La Bombilla. Algunos también aprovecharán el paseo por el hermoso Barrio de Chimalistac al llegar del Metro Miguel Ángel de Quevedo. Es una excelente manera de comenzar una visita a muchos de los otros sitios en San Ángel.
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A newly created space for an outstanding collection of postwar abstract works by women artists . . .
An impressive contemporary art museum in an inspiring context . . .
One of the UNAM's best loved and most central art museums . . .
El Museo Nacional de Arte en el Centro Histórico de la Ciudad de México siempre será un punto memorable de tus vacaciones.
Pensado como una parte de la Ciudad de las Artes, el Museo Anahuacalli es un espacio mucho más contemporáneo de lo que puedas imaginar.