Catedral de la Valvanera

La Catedral de Valvanera data de 1572. Hoy en día es más conocida por el auténtico azulejo de talavera del campanario, siendo una de las dos únicas iglesias de la ciudad revestidas por este material. También se le conoce como la Catedral Maronita de Nuestra Señora de Valvanera, (a veces se escribe “Balvanera”). Es una catedral y no una iglesia porque es la sede de la Eparquía Católica Maronita de Nuestra Señora de los Mártires del Líbano. Así, en su interior se encuentra la muy querida estatua de San Charbel, y la iglesia también se conoce como la Capilla de San Charbel. Éste fue el primer santo libanés, canonizado en el siglo XIII. A la estatua se le atribuyen algunos milagros, e incluso la clarividencia.

Originalmente, la iglesia formaba parte de un convento dedicado al Santo Niño Perdido, fundado en 1572. El convento estaba destinado a la salvación de las prostitutas arrepentidas. Conocido primero como Casa de las Recogidas, con el tiempo pasó a llamarse Casa de Jesús de la Penitencia. Después pasó a ser dirigida por un grupo de hermanas “concepcionistas”, quienes llegaron a ser muy conocidas por su labor de reforma con las mujeres a su cargo. Al aumentar su popularidad, el convento se volvió a dedicar a Nuestra Señora de Valvanera. El convento, y una sencilla iglesia, permanecieron aquí durante muchos años. Doña Beatriz de Miranda, una viuda acomodada, aportó más tarde el dinero necesario para la construcción del templo que hoy vemos. Este inmueble se inauguró el 7 de diciembre de 1671.

El santuario tiene hoy más de cuatro siglos de antigüedad. Debido a las Leyes de Reforma, en 1861 las monjas se vieron obligadas a desalojar el convento y el claustro. Poco después, algunos de los otros edificios relacionados con la iglesia fueron demolidos. El altar mayor fue prácticamente destruido en esa época, pero se conserva un óleo de la Virgen Negra de Valvanera. El claustro fue demolido en 1929.

Aun así, la iglesia de la catedral de Valvanera es un excelente ejemplo del matrimonio entre el barroco y el neoclásico que no llegó a México hasta mediados del siglo XVIII. La entrada principal en el lateral del edificio es la típica de todos los conventos de México. Los dos portales neoclásicos se añadieron a principios del siglo XIX. El campanario está recubierto de un raro azulejo de talavera de Puebla. Sólo esta iglesia y la de la Encarnación tienen este tipo de azulejos en México. La fachada de tezontle está dividida por cinco contrafuertes. En el interior, el altar mayor es de piedra, al estilo neoclásico. Del siglo XVII se conserva un cuadro de Nuestra Señora de Valvanera. Este cuadro y las esculturas fueron donados por la iglesia maronita. La sacristía de la catedral de Valvanera también contiene varias pinturas de Carlos Clemente López que datan de 1750.