La Sierra de Santa Catarina es una cadena de volcanes alrededor de la cual, crecieron no menos de 47 barrios especialmente administrados en el sureste de la ciudad. La Sierra de Ahuízotl, cuyo aspecto era similar al del mítico animal anfibio que salía del lago, era una de las más conocidas por los antiguos.
Hoy en día, ocupa la mayor parte del límite entre Iztapalapa y Tláhuac y es uno de los elementos más espectaculares de todo el horizonte de Ciudad de México. Además, es recientemente accesible, y ciertamente visible, desde la Línea 2 del Cablebús que atraviesa el sureste de Iztapalapa, justo al norte de la Sierra.
La Ciudad declaró la región como Área de Conservación Ecológica en 1998. En el año 2000, el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la Sierra de Santa Catarina comenzó a trabajar con los residentes para mejorar la calidad de vida de la zona.
Al igual que la Sierra de Guadalupe, Catarina ha visto sus bosques talados. Muchos de los volcanes se han visto seriamente reducidos por la explotación minera del tezontle, la característica piedra roja que se utiliza en los edificios de la ciudad de México.
Todos los volcanes de la cordillera son monogenéticos, es decir, que sólo entraron en erupción una vez y quedaron inactivos o se extinguieron. Hay unos 3.000 de estos volcanes en todo México. Los de la sierra de Santa Catarina se formaron todos en la era mesozoica, hace entre 252 y 66 millones de años.
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