Casa de los Mascarones

La Casa de los Mascarones es hoy una escuela de idiomas dirigida por la Universidad Nacional Autónoma (UNAM). Es uno de los ejemplos más llamativos de la arquitectura del siglo XVIII fuera de la estación de metro de San Cosme, y un buen ejemplo de los Palacios Barrocos Residenciales por los que la Ciudad de México es justamente famosa.

El nombre, que podría traducirse como “Casa de las Máscaras”,se lee más correctamente como una referencia a lo grotesco particular del exterior del edificio. En el interior, verá que es tan hermoso como cualquier palacio con patio abierto de la misma época.

Entre 1766 y 1771 se iniciaronlas obras de una finca para José Diego Hurtado de Mendoza, Peredo y Vivero, Conde del Valle de Orizaba. Pero, en realidad, el título de propiedad de la tierra se registra ya en 1562.

In fact, the work was likely unfinished and never inhabited until after the country’s independence from Spain. It was auctioned, in an unfinished state, in 1822. De hecho,es probable que la obra estuviera inconclusa e inhabitada hasta después de la indepencia del país de España. Fue subastado, sin finalilzar, en 1822.

A partir de entonces, la propiedad fue ocupada por numerosas instituciones educativas y científicas. Para 1906, estaba en posesión del Instituto Científico de México, y en 1914, el presidente Venustiano Carranza se hizo cargo de la propiedad en nombre de la Repúblca.

Ya a mediados de la década de 1920 formaba parte de la UNAM y tuvo múltiples usos en nombre de la universidad. Declarado monumento histórico en 1959, gran parte del edificio, además de su fachada muy prominente, fue descuidado o dañado por el paso del tiempo.

Las Leyendas

 Se dice que La Casa de los Mascarones está repleta de misterio. Se cree que la propia oscuridad del edificio protege el interior. Si bien lo hace mucho más interesante, también se cree que el lugar es el lugar de los ruidos extraños, tal vez algunas apariciones. Al menos algunas vibraciones antiguas de la calzada Tenochtitlán – Tacuba, o de cualquiera de los años intermedios, seguramente deben sobrevivir, si no en las piedras mismas, seguramente en las calles, sombras y callejones circundantes.