Templo y Monasterios San Joaquín de Tacuba

Fotografía: Catedrales e Iglesias, Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0) license.

San Joaquín de Tacuba es un enorme complejo de templo y monasterio franciscano. Está en el extremo sur de la histórica ciudad de Tacuba. Hoy, la entrada está al otro lado de la calle de la colonia San Joaquín, aunque técnicamente todo el complejo está dentro de la colonia Deportivo Pensil.

La construcción del complejo se inició a finales del siglo XVII y continuó hasta mediados del siglo XVIII. Declarado monumento histórico en 1933, continúa siendo uno de los asientos más importantes de los Carmelitas Descalzos en México. Llegaron originalmente a México con el apoyo del rey español Felipe II en 1585.

Este rincón de Tacuba pasó a llamarse Sanctorum, y los franciscanos llegaron aquí en 1689. Se pretendía entonces que sirviera como su principal colegio de filosofía y artes. Fue la undécima institución carmelita en México y rápidamente se convirtió en el centro del pueblo. El monasterio mantenía una muy buena biblioteca de obras teológicas antiguas. Rodeado de enormes muros, jardines y huertos cerrados. La mayor parte de esta tierra es hoy el Panteón Francés.

El templo interior es casi en su totalidad de piedra de cantera gris dispuesto en un plano de cruz latina. Una enorme cúpula circular cubre el crucero. La fachada es sobria como era la tradición con diseños carmelitas. Un nártex profundo conduce finalmente a la nave, pero las tres aberturas dan paso a una ventana coral encima de la cual hay un nicho con una escultura de Santa Ana, la abuela de Jesucristo. El campanario está en la esquina sureste del templo.

Un estanque en el cementerio.

El complejo es quizás más famoso, al menos históricamente, por su cisterna. Este estaba destinado a servir al huerto y comenzó como un estanque en 1740. Estaba rodeado por un muro de mampostería. Con 2,200 metros cuadrados, se llenó del cercano río Remedios.

Las Leyes de Reforma de finales de la década de 1850 resultaron en que la mayor parte de esta tierra fuese abandonada. El cementerio francés no se comenzó hasta 1942, y el estanque que permanece en su interior está hoy en mal estado. Ha habido planes recientes para restaurar partes de él.

Gran parte del exterior del complejo San Joaquín de Tacuba se puede ver desde el Panteón Francés. El cementerio es, por supuesto, todo un espectáculo para la vista por derecho propio. A los persistentes y curiosos también se les puede permitir la entrada con una cita previa, pero como institución religiosa en funcionamiento no está completamente abierta al público.