Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) es un área protegida dentro de Ciudad Universitaria. La zona destaca por su biodiversidad, su geomorfología y, por qué no, simplemente, por su bello paisaje. La universidad hace uso extensivo de la reserva como objeto de estudio de muchas facultades y en sus alrededores encontramos el Jardín Botánico y el Centro Cultural Universitario

El lecho rocoso de la zona es principalmente basáltico, lo que le confiere importancia ecológica, ya que filtra el agua hacia los acuíferos de la zona, mantiene la humedad y la calidad del aire y contribuye a amortiguar los cambios de temperatura. El ecosistema predominante de la zona es matorral xerófilo. La reserva completa comprende 237.33 hectáreas.

El ecosistema de la zona se dio a razí de la erupción del  volcán Xitle en el año 280 de la era común. El pico está a unos 8 kilómetros al sur de la reserva, pero la erupción cubrió de lava alrededor de 80 kilómetros cuadrados. Esta erupción dio lugar a toda la zona que hoy se conoce como el Pedregal, pero que permaneció sin mucho desarrollo urbano hasta el siglo XX.

En 1983, gran parte del pedregal estaba en peligro de perderse y la zona de reserva fue designada por la UNAM. En 2005, se amplió considerablemente su tamaño y desde entonces se mantiene en su dimensión actual.

La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel alberga unas 377 especies de plantas con flores. Hay 67 especies de helechos y musgos y 30 tipos diferentes de líquenes. La reserva también cuenta con 30 mamíferos diferentes, entre ellos 13 tipos de roedores y 12 especies de murciélagos. Algunos de ellos son los cacomixtles, las zarigüeyas, los conejos y el zorro gris. Entre las 20 especies de reptiles se encuentran tres especies de lagartos y seis de serpientes, además de una especie muy importante de serpiente de cascabel. También hay tres especies de anfibios, entre ellas un tipo de salamandra y dos ranas.

La zona es especialmente importante para las 138 especies de aves que alberga. 64 de ellas pasan allí sólo una parte del año y se detienen tanto en el Cerro Zacatépetl, como en el Bosque de Tlalpan en su camino hacia las Cumbres del Ajusco y otros puntos más hacia el sur.