El Museo Anahuacalli es único, y lo único malo es que los turistas internacionales no suelen dirigirse aquí hasta su tercera o cuarta visita a la Ciudad de México. Concebido en su totalidad por Diego Rivera, es un amplio escenario para su propia colección de obras de arte prehispánico. Pero también es un templo para celebrar la arquitectura, la música, las artesanías y el teatro, todo ello en un entorno natural muy cuidado.
En 1933, Rivera pudo organizar la construcción del Anahuacalli, que funge como espacio donde conviven la arquitectura, la música, el teatro, la danza y la artesanía. La concepción arquitectónica corrió a cargo de Juan O’Gorman y se construyó con piedra volcánica de la zona, resultado de la erupción del volcán Xitle.
La edificación conjunta elementos indígenas tanto en su interior como en sus acabados, de hecho, el diseño del museo está inspirado en un teocalli, vocablo nahuatl que significa “casa de energía”. En sus alrededores hay plantas propias del Pedregal que en conjunto con el museo crean una mimetización muy particular con el entorno.
Como hay mucho que decir, aquí están los puntos clave:
- Rivera comenzó el proyecto en 1933 invirtiendo mucho de su tiempo y fortuna en él aunque murió antes de que abriera.
- El museo era un rancho en el que él y Frida Kahlo se dedicaban a cultivar vegetales, ordeñar vacas y hacer miel.
- Rivera planeó originalmente una Ciudad de las Artes y el museo como parte de un complejo. Por lo mismo, el museo todavía da cursos y programas educativos con este objetivo.
- Después de su muerte, Dolores Olmedo, famosa por su propio museo asumió la responsabilidad del costo y mantenimiento del proyecto junto a Ruth Rivera, hija del artista.
- El museo abrió en 1964, 31 años después de que Rivera concibiera la idea.
- El edificio fue diseñado para hacer alusión a la arquitectura de Teotihuacán o Tenochtitlán. El basamento tiene un templo encima y es un gran ejemplo del indigenismo mexicano del siglo XX (al igual que el Jardín de la Triple Alianza).
- La fachada esta cubierta de roca volcánica que le da su color característico.
- Como templo de las artes los alrededores son importantes. Por este motivo Riviera consultó a Frank Loyd Wright y se inspiró en sus ideas en la integración del paisaje. A pesar de las muchas fotografías que se han tomado, sólo se puede apreciar verdaderamente asistiendo de forma presencial. El museo tiene una forma de “U” y cuenta con 23 espacios de exhibición basados en los conceptos de estética de Rivera.
- Las piezas vienen principalmente de las culturas Olmeca, Tolteca, Nahua, Zapoteca y Teotihuacana.
- Los mosaicos del techo fueron diseñados por Rivera y O’Gorman en un intento por conjuntar el mundo antiguo y el contemporáneo.
- Desde la azotea se pueden observar la ciudad y el volcán Xitle.
- El museo ofrece un tour virtual que podría darte una idea de qué esperar.
Se ofrecen recorridos de entre 30 y 45 minutos, el primero inicia a las 11:00 horas y el último a las 17:00 horas, además de talleres infantiles con el objetivo de mostrar a los niños cómo pueden expresarse a través de las distintas disciplinas del arte. Adicionalmente se pueden tomar clases de guitarra, danza, canto, actuación y más.La entrada es gratis para menores de seis años, personas con capacidades diferentes y para vecinos de la zona. De igual forma, se ofrecen descuentos para estudiantes, profesores y personas de la tercera edad. El precio de admisión para extranjeros es de 80 pesos. Si se requiere fotografiar el museo, se debe adquirir un permiso especial. La colección permanente incluye unas 2,000 piezas de la colección personal de Rivera.
Las estaciones de tren ligero Xotepingo y Nezahualpilli se encuentran a unos 15 minutos a pie del museo.