El tercer día significa tomarse las cosas con calma y conocer mucho del centro de la Ciudad de México. Por suerte, todo está a unas pocas manzanas.
Este museo, que alberga uno de los murales originales de Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que afortunadamente sobrevivió al terremoto de 1985, te ofrece una rápida pero enorme dosis de arte.
La Alameda se fundó en 1592, lo que la convierte en el parque urbano más antiguo de América. Pase un rato aquí, tome una copa (o un almuerzo perfectamente respetable) en la azotea del Barrio Alameda. La Alameda es limpia, segura y enorme, y en el lado opuesto se encuentra...
Es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y alberga algunos de los murales más famosos, además de sus propias galerías y el Museo de Arquitectura. Por la noche, las actuaciones regulares del Ballet Folclórico lo convierten en un destino al que hay que volver al menos un par de veces en la vida.
Todos los sitios están listados al final de esta página, pero algunas alternativas rápidas son éstas:
La mayoría de las personas que están en la Ciudad de México por algún tiempo aprenden lo que es un restaurante Sanborns. En este caso, se trata de un Sanbornes en una mansión centenaria cubierta de azulejos. La arquitectura de la casa se ve muy bien, pero por el hecho de ser un restaurante que funciona y es relativamente fácil de llevar, también se puede explorar mucho más. Con murales intactos del siglo XX en los huecos de las escaleras, precios asequibles y un exterior que puede parecer de otro mundo, no hay que dejarlo pasar.
Y, por supuesto, Azulejos es sólo uno de los muchos palacios residenciales que puede visitar en el centro de la ciudad.
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