San Pedro Zacatenco

San Pedro Zacatenco es uno de los pueblos originarios menos conocidos de la alcaldía Gustavo A. Madero. Esto se explica porque Zacatenco se refiere en la actualidad el campus del Instituto Politécnico (IPN), importantísimo centro de estudios superiores, justo al oeste del pueblo original. La ciudad es bastante antigua y visible hacia el oeste precisamente en el momento en que se retorna a la ciudad desde el norte y se ve la estación Indios Verdes, por debajo del Cerro de Zacatenco. Santa Isabel Tola está al oriente. 

La palabra náhuatl zacatl se puede traducir como hierba, especialmente hierba para animales de pastoreo. Zacatenco se puede traducir como “al borde de la hierba”. La ciudad data del 1500 a. e. c.  y fue establecida en forma temprana por los pueblos olmecas. Es probable que se hayan dedicado a la explotación de la sal y su antigua variante, el tequesquite. Presta su nombre a otros grandes poblados como Tequesquitengo en Morelos y Tequisquiapan en Querétaro. Cuando el pueblo mexica de Tenochtitlan llegó a dominar el área del Tepeyac (hoy la Basílica), los pueblos circundantes se vieron afectados por el culto generalizado de la diosa Tonantzin. 

Durante la época colonial, Zacatenco fue famoso por estar dividido por el Acueducto de Guadalupe. Los arcos todavía se pueden ver hoy en día y, aunque actualmente está bien regada, languideció como una pequeña ciudad.

San Pedro Apóstol 

La iglesia de San Pedro Apóstol es famosa por la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, que data del siglo XIX. Se dice que la iglesia misma descansa sobre cimientos que datan de tiempos muy antiguos. Algunas estimaciones sitúan la colocación de las piedras en el año 1000 a. e. c.  Se dice que un culto religioso que se desarrolló después de ese tiempo se especializó en embalsamar a los muertos. 

La Capilla del Rosario alberga tres pinturas de la época colonial. Estas incluyen un Cristo Crucificado y dos pinturas de la Virgen de Loreto. En la pared oriental un cuadro representa una procesión hecha por los residentes de la Ciudad de México a la imagen de la Virgen de Loreto. La procesión se realizó como una petición de ayuda durante una plaga de sarampión ocurrida en 1727. Una escultura de La Virgen del Rosario, hecha de pasta de maíz de buena calidad, fue ampliamente venerada durante la mayor parte de la historia de la ciudad. 

La capilla fue objeto de amplias reformas como proyecto del INAH en respuesta a los daños sufridos en el terremoto de 2017. Los investigadores de la época señalaron que la pintura de la procesión probablemente llegó a la iglesia de Zacatenco desde la Iglesia de Loreto (hoy en el Centro Histórico) que se estaba construyendo a principios del siglo XIX. 

San Pedro Zacatenco no es único, pero tiene la suerte de que el cementerio en el recinto de la iglesia se conserva. Con el Cerro de Zacatenco visible desde prácticamente cualquier rincón de la ciudad, todavía está a solo 20 minutos a pie de la estación Indios Verdes del metro.