San Jerónimo Aculco-Lídice es uno de los pueblos originarios más bellos con una de las iglesias también más hermosas de esos pueblos. Es simplemente un lugar perfecto para ser visitado. La mayoría de los residentes se refieren al área simplemente como “San Jerónimo.” De hecho, la historia del vecindario, o de ambos vecindarios, es un poco más complicada que la del traductor de la biblia que les da nombre.
Se sabe que un asentamiento de este sitio, llamado Aculco, o “lugar donde el río se curva”, existió desde el periodo tolteca, aproximadamente de 900 a 1168 e. c. Una presa construida en 1934 reveló un lado de una pirámide de este periodo.
Los franciscanos ya habían comenzado la construcción de la capilla en el siglo XVI. Se registró por primera vez en la historia en 1543. Hoy en día, sólo se usa como capilla al aire libre, pero la pila bautismal y la cruz atrial permanecen. El edificio de la iglesia más grande se completó en 1713. La fachada barroca de piedra de cantera tallada y arabescos en relieve de piedra se encuentra entre las mejores de su tipo.
De naves gemelas, el altar mayor es de un elaborado estilo churrigueresco. El atrio es más reciente, pero contiene una tumba para los que cayeron durante la Batalla de Contreras durante la invasión estadounidense de 1847. El ejército mexicano acampó al sur de la ciudad en un área hoy llamada Lomas de Padierna que más tarde se convirtió en una concesión de tierras comunitarias para el pueblo.
Durante la mayor parte del periodo colonial, la iglesia fue el centro de varias propiedades agrícolas y ranchos. El poblado se convirtió en pueblo rural popular con la llegada de los ferrocarriles en el Siglo XIX y se especializó en la producción de frutas y verduras. Gran parte de la urbanización actual es de este periodo.
Las frutas y los productos eran entregados cargados en burros que también llevaban lámparas de aceite, las cuales oscilaban durate su recorrido. Visibles desde varios kilómetros de distancia, las luces parpadeantes también conjuraron historias sobre brujas que habitaban las colinas que rodeaban el poblado. Esa reputación todavía forma parte de la tradición de la zona.
Cuando los habitantes del pueblo se enteraron de una masacre de hombres, mujeres y niños durante la ocupación Nazi de Checoslovaquia en 1943, se decidió cambiar el nombre de la parte norte del pueblo a San Jerónimo Lídice. El lado sur ahora se conoce como San Jerónimo Aculco. La masacre todavía se conmemora en la plaza en el atrio de la iglesia.
San Jerónimo Aculco Lídice comenzó a convertirse, en la década de 1960, en un barrio de la ciudad muy elegante y ahora no tan lejano. Con unas cuantas galerías de arte y varios centros comerciales de lujo, todavía tiene un peso en la historia por el uso extensivo de la piedra volcánica local en las construcciones, tanto en la arquitectura como en el pavimento de las calles. Es bastante encantador.
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