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Portal de los Mercaderes

portale de mercaderes

Al lado suroeste del Zócalo, se alza el Portal de los Mercaderes, su nombre no es muy conocido, no obstante, es muy buena introducción a uno de los conflictos que definen históricamente la Ciudad de México. Desde que los tlatelolcas abandonaron la antigua Tenochtitlán para formar su propio tianguis masivo en el norte de la isla, la ciudad había estado en una lucha continua por mantener las calles, al menos en su mayoría, libres de vendedores.

El Portal de los Mercaderes fue iniciado en 1527 por Melchor Dávila. En 1532 ya estaban abiertas las tiendas de telas, regentadas por Gonzalo Ruiz. Sin duda, el señor Ruiz fue testigo de esta continua lucha por evitar que el Zócalo se hundiera en un continuo marasmo de vendedores que compraban, vendían, regateaban y anunciaban a viva voz sus mercancías. Los portales, el paseo cubierto a lo largo del borde occidental de la plaza, fueron pensados desde el principio para proporcionar más espacio a los vendedores.

Gran parte de los terrenos originales habían sido concedidos a don Rodrigo de Albornoz, conde de Santiago, secretario del emperador Carlos V y primer contador de Nueva España.

En 1524, el ayuntamiento había aprobado una ordenanza que establecía que los propietarios de inmuebles que dieran a la plaza podían y debían, construir pasarelas cubiertas frente a sus establecimientos para alquilar el espacio a los comerciantes. Se cree que la ordenanza fue también un primer intento de gestionar los problemas de inundaciones.

Las pasarelas cubiertas, visibles ahora sólo en el lado suroeste de la plaza, llegaban sin interrupción hasta la catedral y más allá. Se terminaron originalmente en 1529. Se sustituyeron en el siglo XVII, a tiempo para que los comerciantes de telas, principalmente, se expandieran hasta dominar casi toda la longitud de la estructura.

En el siglo XVIII, los vendedores se diversificaron y vendieron casi de todo. El nombre el Portal de los Mercaderes se hizo común sólo después de la independencia. Finalmente, a mediados del siglo XIX, el paseo cubierto se dividió, al norte y al sur, con la apertura de la calle Plateros, actual calle Madero. La parte norte acabó perdiéndose en la historia.

Demasiados vendedores y pocas normas

Aquí hay que entender que la ciudad siempre fue dueña del terreno bajo los arcos.

Las disputas por el mantenimiento, el alquiler de los terrenos y la simple gestión y coordinación siempre iban a ser fuertes. Y estos conflictos se extendieron por todo el Zócalo, y aún hoy explican gran parte del sistema de Mercados Públicos de la ciudad (y del país), los tianguis callejeros y otros mercados fijos, especialmente en el Centro Histórico.

Los edificios de este lado suroeste del Zócalo fueron construidos o reconstruidos en el siglo XIX. Sus fachadas se rehicieron en la década de 1950 con el característico tezontle volcánico rojo y cantera gris, y todo ello en estilo neocolonial.

La regla del “buen hotel” en las plazas mexicanas

Como ocurre con tantas pequeñas ciudades y pueblitos mexicanos, la plaza de la ciudad de México está bordeada, al menos en una de sus esquinas, por hoteles finos y relativamente asequibles. El Gran Hotel Ciudad de México y el Hotel Majestic, son ejemplos de esto.

El Hotel Majestic lo explota actualmente Best Western, pero algunas partes son originales del siglo XVIII. Remodelado casi por completo en 1925, la mayor parte del interior data del mismo año.

Quizá más acorde con el carácter altamente comercial de la esquina, el Gran Hotel Ciudad de México se inauguró como tienda departamental, llamado Centro Mercantil, en 1899. De hecho, fue el primer edificio construido con la técnica “Chicago” de hierro y hormigón. La fachada es la original neoclásica que difiere del estilo neocolonial pensado para unificar el aspecto del Zócalo.

El interior del hotel mantiene la mayor parte de la decoración art nouveau original de los grandes almacenes. Los ascensores originales de estilo jaula y el techo de vidrieras fueron diseñados por el artista francés Jacques Grüber. En la actualidad, el hotel está gestionado por Howard Johnson’s. Para hacerse una idea del interior de unos grandes almacenes, el Palacio de Hierro, a una manzana de distancia, es casi de la misma época y sigue funcionando como tienda departamental.

Como llegar aquí
  • Plaza de la Constitución s/n, Col. Centro.

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